viernes, 10 de julio de 2015

Correspondencia perdida.

Siempre he pensado que el principio alquímico de "intercambio equivalente", para obtener algo debes entregar algo del mismo valor. Lo mismo me ocurre con las relaciones humanas.
 
Con todo lo introvertido que me considero, y seguramente sea así, no puedo presumir de tener muchas amistades. Soy de los que piensa, pocas pero buenas, las mejores. Al ser pocas procuro cuidarlas todo lo mejor que me es posible, o más bien, todo lo que me dejen. Velo a los que quiero sin que apenas lo noten, vaya a ser que como suele pasar malinterpreten la preocupación con otras cosas que no vienen al caso, y más siendo de género sexual opuesto."Un hola ¿qué tal?" te he leído ¿te pasa algo?" otras fórmulas. Hace tiempo que no hablo con la gente por hablar. No le veo ningún objetivo provechoso aunque ello no quiera decir que no me guste o me haga algo de ilusión hacerlo.
 
Es algo que es una labor muy desagradecida la que desempeño, la de preocuparme por los amigos, digo. No se si sea por mi abnegación natural por los que me son cercanos pero es molesto que no se te corresponda. No pido que sea equivalente a la mía, la mitad me bastaba. Mi gran defecto es que esto me molesta pero no lo digo por temor a que gente que valoro me de la espalda porque les pides que te correspondan de alguna manera y al fin y al cabo ¿quién eres tú para pedirles nada? ¿un amigo quizás? eso está sobrevalorado, hoy se le llama amigo a cualquier persona con la que se compartan gustos en común y haya una relación cordial. Siempre está ahí al miedo a quedarte solo por tu egoísmo por querer que estas personas te demuestren porque te consideran un amigo.
 
Me pregunto si soy exigente, pero tener a alguien como yo tiene un precio, si doy algo de mí, llámame raro pero me gusta que se valore de alguna forma. Me sale altruistamente pero no sé, me gusta verme compensado de vez en cuando. Soy un gruñón, me enfado sólo con la gente y muchas veces quiero tirar la toalla, haciendo valer mi condición de lobo solitario en la vida. Me canso de amargarme por la forma de actuar de personas que igual no soy ni la mitad de importante para ellos.
 
Reivindicación del que siempre está ahí y pocos lo ven.

viernes, 12 de junio de 2015

Viernes de ceniza

En ocasiones perdemos la perspectiva de las cosas en su conjunto, nos ceñimos a nuestra propia visión cerrada, acartonada y simplista de nuestra propia realidad sin considerar otros factores.
Esto ocurre sin darte cuenta, te enfadas cuándo no sale todo como tú quieres. No es un enfado cualquiera, juras venganza del modo más lascivo y grosero en tu cabeza. Te tranquilizas al cabo del rato. Ves las cosas de otra manera. Más sosegado. Das una razón lógica a las cosas pero hay veces que no es satisfactoria, sino que realmente había algo podrido dentro y no sabes qué es. Te echas la culpa, algo tendrás que ver para que ello terminara de aquella manera. Entras en modo mártir. Pero es probable es que tú no tengas nada que ver, sino que las cosas no son como creías. Un disfraz, te engañan con una sonrisa de lo más dulce y bonitas palabras. Ingenuamente piensas que el mundo te debe algo de lo que das. Hay quien me diría que soy un bocado apetitoso para la sociedad, con una mentalidad fuera de lo moralmente asentado, el blanco de todas la flechas, condenado a darme de morros una y otra vez contra la realidad, que haría bien en espabilarme y ser un cabrón inmisericorde. Nunca dar el paso por temor a quedarte sólo. Como el dicho ese que reza algo así:
Tantos corazones sinceros siendo destrozados y cuantos corazones hipócritas siendo amados
 No aceptas que el mundo premie ciertos comportamientos, pero quien lo hace es porque también es practicante de tales artes.
 
Camino con el perfil bajo, tratando de no llamar la atención. Cuanto menos me manche mejor, no acostumbro a balar junto al rebaño. Me acorazo y me descorazono en el proceso. Visión pesimista del conjunto. Te hundes en tus propios juicios, estrechez de miras. Hace tiempo que me baño en mi propio barro, y no lo llamo leche de burra porque no pretendo hacer de mí una versión elegante cual Cleopatra.
 
Vivimos condicionados por la comparación para discernir quién está más cercano a la prosperidad. Y siempre priman los números. Cuantos más mejor, como siempre y como en todo. Logros al fin y al cabo. Quien tiene trabajo, quien no. Quien tiene más amigos, quien menos. Cuántos"me gusta" n las publicaciones de sus redes sociales, quien no tiene a penas ninguna. Quien tiene coche, casa, pareja o quien no tiene ninguna de esas cosas. El juego del mucho y el poco. Del mejor y del peor. Del afortunado y del desgraciado. Del orgullo y del desgraciado. De ti siendo alguien o no siéndolo. Todo está condicionado. Todo esta atado a unos parámetros medibles por herramientas que no nos llevan a nada. A la autosatisfacción personal.
 
Vivo mientras me acostumbro a no esperar nada, ni justicia divina o terrenal. Pero salivando en ver caer torres que antaño fueron altas y esplendorosas en un mundo ilusorio creado por nosotros mismos. Señor de un castillo en tierras siempre nubladas, a menudo lluviosas y agradecido por ver algún rayo de luz.

lunes, 1 de junio de 2015

Reseña TLOZ Majora's Mask 3D


Hace poco completé Majora's Mask 3D al 100 % y me paso por aquí a dejar mis impresiones.

El juego original apareció allá por el año 2000 en Nintendo 64. Juego subestimado por muchos, entre ellos yo mismo, por dos razones:

  1. No podía ser igual de épico que Ocarina of Time apareciendo poco más de un año después.
  2. La generación de los 32/64 bits daba sus últimos coletazos, ya que los 128 bits estaban entre nosotros. Dreamcast (yo ya tenía una) ya a la venta y en pocos meses llegaría PS2.
Jugando a este juego por primera vez ahora en Nintendo 3DS, no puedo sino decir "qué equivocados estábamos los que pensábamos así".


Comencemos, Ocarina of Time terminaba con Zelda devolviéndonos  a nuestro tiempo y ella pasaba a custodiar la Espada Maestra. Es decir, somos Link niño de nuevo y nos encontramos en Términa atravesando sus bosques a lomos de Epona. Aparece un misterioso niño escoltado por dos hadas que nos roba la Ocarina del Tiempo y nos convierte en deku. Al poco tiempo llegamos a Ciudad Reloj y descubrimos que su plan es hacer caer la Luna sobre la región. Nuestro objetivo es impedirlo, claro está. Tenemos como tiempo límite 72 horas, he aquí el tema, es un juego en el que vamos a contrarreloj. Tildado por muchos como el Zelda más oscuro y siniestro de todos, y de los que he jugado yo, lo es.

Gestionando el tiempo


La primera vez que lo juegas te da una sensación de agobio. Estas con la mosca detrás de la oreja permanentemente por la barra situada en la parte inferior de la pantalla que mide el tiempo que nos queda antes de que la Luna caiga.
La primera en la frente, estás cronometrado y no eres tan libre como para ir donde desees y hacer lo que quieras a tu gusto. Pero aún así lo considero un acierto porque te obligan a gestionar tu tiempo, a maximizar la eficiencia si quieres progresar correctamente en el menor tiempo posible.


Aquí interviene el cuaderno de los Bomber, donde se anotarán cada uno de los eventos que  vayamos descubriendo a lo largo y ancho del mundo. Al hablar con tal persona nos encomienda una misión que, superemos o fallemos, se llevará un registro de a qué horas y en cuál de los tres días podemos activar nuevamente el evento. Y sí, digo en qué día ya que llegará el momento en que recuperamos la Ocarina del Tiempo y tendremos control sobre el mismo tocándola ¿Pero no hace esto que el factor agobiante se esfume? Sí y no, me explico. Sí porque al controlar el tiempo podemos prevenir la catástrofe cuando queramos volviendo a la mañana del primer día y listo. No, porque tener la ocarina no impide que el tiempo transcurra. Es decir, que si estamos en una mazmorra y nos atascamos o simplemente nos distraemos demasiado, cuando nos demos cuenta estaremos en el tercer día y puede acabar del peor modo posible. La Luna no nos va a esperar a que acabemos de completar el templo. Otro inconveniente es que al volver al primer día todos los objetos consumibles y objetos como las escrituras de propiedad, desaparecen, teniendo que reabastecernos nuevamente o tener que repetir ciertos eventos. La cosa buena de esto es que los cofres de rupias siguen así como si no los hubiésemos abierto.


Tenemos que ser eficientes para que en 72 horas nos de tiempo para hacer varias misiones, más que nada, porque tocar la ocarina cada dos por tres es una lata a la par que contraproducente. Por ejemplo, acabar el templo de la cima de la montaña, romper con la bomba el acceso a la carrera gorón y conseguir la Espada Esmeril. Hay mil y una misiones y/o eventos secundarios que enlazan con finalizar la misión principal.

Nos da una pequeña ayuda las estatuas de buhos donde podemos guardar la partida además de que, en algunas, podemos teletransportarnos aprendiendo la canción del vuelo (cosa que heredó Wind Waker)

Máscaras y eventos secundarios




Aquí está, a mi parecer, lo que hacer grande de verdad a Majora's Mask. La gran cantidad de personajes (la mayoría ya vistos de Ocarina of Time) con los que podemos interactuar por toda Términa que nos  abren misiones extras. Por lo general muy interesantes y con una gran recompensa cuando los completamos.

Lo jugoso es conseguir todas las máscaras, las 20 opcionales para hacernos con la Máscara de la Fiera Deidad, la más poderosa del juego.
Merece mucho la pena pararse hacer todos loes eventos opcionales por conseguirla, sino que además, algunas son de lo más útiles y variopintas. Otras están simplemente para rellenar el inventario.


En el juego hay un total de 24 máscaras, de las cuales son imprescindibles tres
: Deku, Goron y Zora. Pero yo siempre llevo equipada una opcional que es mi más fiel compañera, la capucha de conejo. Con ella equipada nos desplazaremos mucho más rápido y cuando saltamos también lo hacemos con mayor alcance. Para mí, tan imprescindible como las dos antes mencionadas.
Muchas son de un solo uso práctico que sirven básicamente para conseguir otra mejor. Otras para conseguir una pieza de corazón o que nos dan acceso a zonas vetadas.

En definitiva, la salsa del juego son las máscaras y los eventos que las escinden o que provocan.


Piezas de corazón y equipo extra


He aquí la razón de ser de las horas de más que le he metido al juego. Bueno, yo y otra mucha gente, estoy seguro.

Como muchas veces he comentado, soy un jugador completista. Me gusta tenerlo todo, ir chetado a todos lados. Ser un Sefirot, por así decirlo.
Tener todos los corazones ayuda y mucho, pero conseguirlos nos hace completar eventos secundarios que nos muestra más del microuniverso de Términa. Nuevas personas, situaciones, zonas...No sin mi corazón, y en este caso hay muchos y diversas formas de hacerse con ellos: minijuegos, minimazmorras, eventos y explorando.


En cuanto al equipo extra, realmente hablo de la persecución de las siete botellas ¿por qué hacerlo? por tenerlo todo realmente, pero es especialmente útil para salvarnos el culo cuando la cosa se tuerza. Podemos meter en ellas pociones de vida, de magia o hadas que además de curarnos nos pueden resucitar si caemos en combate.

Por lo general, dichas botellas son fáciles de conseguir pero recuerdo cierta botella que hace que me entren sudores fríos. En la presa de la Gran Bahía, al acceder con el gancho de plataforma en plataforma, dos castores nos retarán a una carrera. Mejor dicho a completar un circuito acuático pasando por algunos puntos de control en forma de flotadores colocados con muy mala idea y algunos muy bien escondidos.
Completar este minijuego requerirá de nuestra pericia manejando en el agua a Link Zora. A mi especialmente no se me daba muy bien que digamos. Tras una hora horrorosa lo conseguí y la sensación que te da es pletórica, te emociona más que conseguir la Espada del Gran Hada.

El resto de objetos se logran tras superar la mazmorra de turno dentro de la historia principal del juego.

Desarrollo de la historia y mazmorras


Esto es un Zelda y la mecánica que hace que el juego avance es: evento, ve a la mazmorra, supérala, derrota al jefe que la guarda y salva el día sanando así el mundo, al menos un poco.

Con respecto a Ocarina, este Zelda tiene muchas menos mazmorras principales, cuatro en concreto. Cada una relacionada con una máscara de cada raza y región, y claro, para superarla, debemos hacer uso de la máscara de turno.
Además, como misión secundaria tenemos que buscar en cada uno de estos templos 15 haditas a cuál mejor escondida. Muchas las encontramos sin querer y otras, digamos que sin una guía, difíciles de hallar poniéndonos contra las cuerdas y contra el tiempo antes de que llegue el día final.


Al completar el templo y reunir las hadas, iremos a la fuente del Gran Hada cercana al templo para que nos recompense por el esfuerzo invertudo por encontrarlas. Repito, por tu cuenta, muy difícil. Nos dan por recompensa la ya mítica barra de magia, la mejora de dicha barra, el escudo que hará que nos hagan la mitad de daño y finalmente la Espada del Gran Hada, la más poderosa del juego (sin contar la que viene de serie con la máscara de la Fiera Deidad)

Conseguido el reto de los cuatro templos, el tercer día nos enfrentamos a nuestro adversario en Ciudad Reloj y posteriormente en la Luna.

Sea como fuere, es un juego largo, completándolo al 100% me ha llevado 40 horas y una sensación muy grata.

Conclusión


Tras completarlo, puedo concluir que en líneas generales es mejor juego que Ocarina. Soy consciente de que son palabras mayores, pero esto es un hecho. El juego hace que te impliques más en la vida de sus personajes, tiene más variedad de situaciones y misiones, y lo más importante, con la premisa de las máscaras la jugabilidad se multiplica. Son distintos modos de jugar, de forma de movernos, nuevas habilidades. En definitiva, mejora la mecánica jugable de Ocarina.


¿Qué tiene de malo? Realmente nada, muchos quizás se digan que es un juego menor porque no podemos controlar un Link adulto durante la aventura. Pero eso es meramente estético, porque aquí podemos utilizar, siendo niño, items como el arco y el gancho antes reservada a la versión adulta del personaje. 

¿Podemos adolecer la menor cantidad de mazmorras? A mí particularmente no. Pero es un hecho que hay muchas menos, pero lo que le falta por ese lado lo suple con otras muchas virtudes como los eventos, un mundo mucho más vivo y poblado que Hyrule.


En definitiva, Majora's es mejor juego en todos los aspectos que Ocarina pero tuvo el escollo de la nostalgia y romper ese muro imaginario y personal como es luchar contra el primer Zelda en 3D, con esos graficazos en su época y ese mundo enorme, combatir la sensación que te transmite el primero  no es fácil. Pocos han sobrepuesto a este misticismo y han abrazado a majora's como lo que es, un mejor y más oscuro Zelda.

Imprescindible para todo poseedor de la consola portátil de Nintendo.

miércoles, 20 de mayo de 2015

HATERS GONNA HATE

Nada como poner a parir las cosas porque sí, porque nos gusta meter cizaña, sobretodo, si no se tiene ni puta idea ¿eh?

Entrar en foros, titulares de las principales revistas online o impresas de videojuegos, redes sociales...sí, hablo de The Witcher III ¡como no! y su tan cacareado downgrade gráfico. Bonita palabra, downgrade, todo en inglés que nos gusta un palabrejo así rimbombante que suena mejor que español y sobretodo cuando no se sabe ni pronunciar. Spanish guys high school of fooliness. Bueno, que me desvío del tema y es una simple opinión de un simple jugón, viciado o el nuevo término de moda en inglés, claro: "gamer". A dos o tres días del lanzamiento del juego se hace una comparativa con el tráiler del juego en 2013 y oh! hay bajón gráfico en 2015, y qué dice la gente tan versada en el tema (nótese la ironía), no dice otra cosa que vamos a meter mierda y a cagarnos en CDPROJECT porque nos han defraudado, ellos no eran así. 


Yo digo, ¡qué os den por culo!, la mitad de la gente no juega en PC a este juego que es donde nació la saga basada en los libros. Este juego evidentemente ha tenido que ser toqueteado para que rule en las consolas de nueva generación además de en PC. Es lógico que esto pase. Lo mismo pasó con Crysis 2 cuando salió en 360 y PS3, la versión de PC era incluso inferior a la del primer juego del 2007. Lo que me escama es que la gente lo ponga a parir cuando van a jugar en PS4 o ONE. A ver chatos, chitón, y dadles gracias por poderlo jugar y disfrutad el juego, coño, que haya bajón o no, sigue siendo la hostia. Bueno, y lo más importante, aún downgradeado, no habéis visto mejores gráficos en una consola en la p*** vida. Con respecto a la gente de PC, incluso comprendo la decepción de tener que joderse a jugar a un juego menor gráficamente del que podrían haberlo jugado de no ser por la nueva generación de consolas. Pero disfrutadlo igualmente y no soltéis mala baba por crear tendencia o expandir más un debate absurdo.

La gente se le tiró al cuello a AC Unity y yo conozco gente que lo jugó en PC sin el menor problema, salvo alguna bajada puntual de fps...pero no la conmoción y el linchamiento porque sí, porque nos gusta el gallinero, porque somos españoles o de cualquier otro sitio ¿eh?, digo españoles porque es lo que conozco. La culpa en el fondo es nuestra, nos hypeamos hasta chorrear las patas abajo, y como haya la menor noticia de bajón, ¡claro, hay movida!, porque nos gusta. Ahí, sin haber probado el juego siquiera. Y cuando lo juegas sigues con la espuma en la boca.

En fin, lo dicho, HATERS GONNA HATE.

PD. Dicho lo cual, nos prometen el oro y el moro, ya pasó con Watch Dogs y con otros tantos, pero alimentar la polémica cuando primero, ni te lo vas a jugar o comprar el juego, segundo, lo vas a jugar y en el fondo no es tan malo...te engancha, te gusta, pero claro, esto te lo callas, después del cacareo ¿para qué recular?.
Sé que los juegos son privativos por el precio, pero claro, sino te gusta, espérate y cómpralo cuando esté más barato y juega a tu ritmo, no por la corriente de actualidad y meter bulla.

domingo, 17 de mayo de 2015

Opinión de la Tercera Temporada de Vikings


Allá vamos, intentaré soltar cuantos menos spoilers posibles pero hablar de la tercera temporada ya implica meter alguno asique si alguien lee esto y no va al día que lo haga bajo su propia cuenta y riesgo.

Me limitaré a dar algunas pinceladas superficiales para minimizar el impacto de poder joder parte de la trama. Por resumirlo todo en unas breves líneas (siendo yo me parece poco probable), me ha dejado un sabor amargo por varias razones, pero sobre todo porque la evolución lógica de los personajes se pega de palos con mis ideales. Me explico, me gustan personajes que además de ser fuertes, sean inteligentes y en un compendio de todo pueden ser chulescos por la única razón de que ellos pueden serlo por razones justificadas y obvias. Pues bien, esta temporada da al traste con mi mundo idílico de cómo debe ser todo y todos. No por casualidad, sino porque así nos lo han pintado en las dos temporadas anteriores. La palabra es declive en el sentido más amplio de la palabra, el pueblo guerrero descendiente de los dioses del Valhalla está en serios aprietos.


Percibo una caída de profundidad en muchos personajes, muy plana con respecto a los protagonistas enfocándose en otros que, aunque interesantes, no justifica que un personaje como, por poner un ejemplo, Bjorn caiga en saco roto. Particularmente, me interesaba ver cómo evolucionaba este personaje, ver cómo poco a poco le hacía sombra al propio Ragnar. Heredero y guerrero feroz. Otro que sin ir más lejos que ansiaba por ver su despertar es Rollo. Ver como se despega de la sombra atenazante de su hermano. 
Lejos de eso, vemos como el Rey Ecber de Wessex tiene incluso más peso que los dos juntos. Ojo, me parece digno alter ego de Ragnar pero demasiado protagonismo incluso cuando en la segunda mitad de la temporada pasa a un papel secundario, a un "mientras tanto en Wessex..."


Recuerdo cómo en temporadas anteriores (sobretodo en la primera) nos describían con escenas el misticismo nórdico que tanto nos atrae a los sureños europeos. Las confabulaciones entre clanes y familias, la representación  de la espiritualidad cristiana en pequeñas iglesias y monasterios. Sobretodo la representación de las bajas pasiones en escenas muy propias. He aquí lo que más me escuece, el tema del sexo en esta temporada, y es que se ve que el tercer año los Vikingos han cogido un barco y se han ido a los estudios de HBO. Se palpa, se siente que Juego de Tronos se filtra por los poros de Vikings, esto es más evidente y más alarmante para mí. Esto en teoría no es malo. Que poco a poco se intenten asemejar a la serie que más éxito ha y está cosechando en los últimos 5 años. Pero yo soy un purista, a mi lo que me atrajo de Vikings es que ya era condenadamente buena con su propio estilo, con un perceptible menor presupuesto que la anterior, Vamos que a mí ya me gustaba sin copiar fórmulas que vemos en otros sitios. 


Dicho lo anterior, me ha tenido enganchado semana tras semana con atención. Se nota que podemos partir la temporada en dos partes, la primera transcurre en Wessex y la segunda, a mi parecer, el barco vira para darse de bruces contra un muro alto y grueso (justo como pasa en París). Vemos a un Ragnar desorientado, un Floki hundido y traicionado por los dioses, una Lagertha cuya prosencia es meramente testimonial aportando una fuerza considerable al ejército nórdico (y la parte picantona), un Bjorn complaciente y desquiciante en ocasiones...Rollo es el único que parece ganar algo de empaque en los dos últimos capítulos y da cierto hormigueo porque parece que le aguarda un papel grande en el futuro.
Athelstan beatificado por el propio Ragnar, crea más interrogantes y deja la historia en un punto muerto.


Seré completamente crítico diciendo que no me ha gustado ver a unos personajes física, moral y espiritualmente arrodillados por circunstancias que están bajo su dominio. Me explico. Floki sigue los designios de los dioses y se ha visto que sin ellos es un cascarón vacío. Ragnar con toda su fuerza e inteligencia se ha visto atado de pies y manos por la amistad y cuando esta le ha abandonado, pudiéndolo haber evitado, se rompe anímicamente. Legertha, traicionada, a menudo deja de lado su orgullo de guerrera y madre para pasar a abrirse de piernas a las primeras de cambio. En ocasiones no parecía tener vínculos con el propio Bjorn, su hijo. Este a su vez, en la segunda temporada se nos presente como un digno heredero, que lograría llegar más lejos que su padre. Esta temporada se muestra a la espectativa.
Ha habido cosas interesantes, la aparición de un misterioso caminante en Kategatt, revolviendo las entrañas del reino de Ragnar. Parece que los dioses juegan con su heredero, una especie de castigo por tontear con critianos.


En definitiva, ha dado al traste con la imagen que tenía de mis personajes. Es un giro, sí, pero lejos de ser novedoso o dramático, apesta a "martiniano" y no hace falta, son dos series distintas, cada una con su identidad propia. Me ha gustado la conquista de Mercia, pero no el asalto a París, no por ver a Ragnar y compañía bañando de sangre el Sena mientras caen de los muros de la cuidad, sino porque juegan con la psique de los protagonistas como quien moldea plastilina, y eran personajes muy bien definidos, robustos.


Se aleja del Vikings que conocí y me da miedo dónde quieren llegar.

jueves, 14 de mayo de 2015

Mundo de superficialidades

Me ha entrado unas irrefrenables ganas de plasmar unos pensamientos que han invadido mi mente esta mañana. Vamos, que me he envenenado pensando en algo y en alguien.

No busco ser conciso, quiero expresarme sin ser redundante y darle mil vueltas a la tortilla pero mi cabeza es un torbellino que hace girar la misma idea hasta dejarla hecha papilla. En definitiva vengo hablar de la regla que gobierna las relaciones sociales. El estándar común, el cual si te sales de la linea trazada algo va mal. Si quieres ser aceptado, y mantener una relación cordial con los demás, no ha lugar el apego, el sentimentalismo, tu interior, impera sobre todo la máxima de la superficialidad. Sé trivial, habla de generalidades, cosas comunes, mundanas, hastías, aburridas y aceptadas. Es decir, ocúltate a tí mismo en la sombra de lo simple y absurdo. No te muestres y serás aceptado. En definitiva, sé un completo hipócrita, muestra tu mejores galas vistiéndote con un cascarón vacío de tí mismo mientras piensas lo contrario a lo que dices o muestras. He vivido lo suficiente para verlo y sentirme engañado más de media docena de veces. Por ello, soy capaz de concluir en base a la observación y la experimentación como método empírico de que vivimos en una sociedad manchada con lo superficial. El quedar bien prima, dejar una buena impresión de nosotros. Amable, amigable, aceptada de buen grado por el conjunto de la gente pero a fin de cuentas corrupta hasta el tuétano.

No hay como sentarse en el tren dirección a cualquier parte, y a pocos metros tendrás un grupito de amigos hablando de sus cosas. Cosas tan naturales como criticar al amigo ausente, poniéndole a caer de un burro, vamos, fino filipino como hay quien diría. Estos mismos se enorgullecen de poner buena cara delante de quien ahora critican, dicho por ellos mismos. Feliz y pura hipocresía. No manchar su imagen delante de un colectivo para el agrado general, pero celando su asco y odio bajo la más dulce de las sonrisas. A dos filas de asientos allá podemos escuchar cómo un par de amigas hablan de la decepción, de la falsedad de la que consideraban una buena amiga. Con dolor casi visceral relatan momentos de alegría compartidos para darse cuenta de lo que esta persona decía a sus espaldas por el novio de no se quién. Voy en mi asiento ensimismado, con la mirada a ninguna parte, mirando por la ventana pero sin mirar. Oyendo, sin darme cuenta escuchando sin el mayor interés que una conversación ajena a mi persona pero que resuena en mis adentros. Me hacen pensar en la sociedad, esta sociedad que poco me gusta. Quizás sea el país en que vivo que me parece mundano, chulesco, ostentoso y realmente no tiene dónde caerse muerto. Dejémoslo ahí porque me obnubilo. Esa escena tan dispar en el tren me hace sentir asco de la gente, me crea sensación de suciedad.

Te das cuenta que la sociedad en eso, como tejes tu tela de araña para hacer que otros seres de tu especie caigan en tus redes. Las arañas lo hacen para subsistir, atraen otras especies para alimentarse de ellas. Nosotros no, nosotros somos caníbales, tejemos para atrapar a seres de nuestra especie. Les engañamos para nuestra propia autosatisfacción personal. Esto no es necesariamente malo, es algún tipo de retroalimentación que necesita nuestro ego. Sentirse querido no es repugnante, es un fín para corazones de todo tipo. A nadie le amarga un dulce, en este caso es el envoltorio el protagonista.
Los colores plateados y relucientes hacen más apetecible el caramelo.



Yo me considero una persona asocial por naturaleza, mantengo la distancia de seguridad. Esto me haría algo rechazable por el grueso de la sociedad. Considero que soy retraído, muy mío. Pero lo que es contradictorio es que sienta cierta envidia por aquellos que son capaces de atraer a un gran grupo de personas aunque el trato sea lo más superficial que me pueda encontrar. Es una habilidad que no poseo o creo no poseer. A fin de cuentas es lo que decidas potenciar lo que te permite adquirir cierta experiencia. Es una envidia que no es real. En mi interior detesto la hipocresía y las caretas porque cuando yo entro en confianza con alguien y siente afecto tiendo en beatificar mi relación con esa persona. Lo quiero todo puro. Como ser de luz que me considero en un mundo corrupto. Pero si esa persona se pone la máscara y yo lo veo es capaz de sacar todo el odio y la inmundicia dentro de mí hacia la sociedad y hacia ese tipo de gente. Se convierte sin quererlo yo en un ser indeseable y despreciable. La traición a mi forma de ser saca de mí mi lado más oscuro. Soy como uno de estos personajes con los que me reflejo:



Hago referencia al anime y al manga, porque es una influencia para mí, los japoneses expresan de forma muy convincente la sociedad que les rodea, y la psique del individuo más y mejor que yo haya visto en cualquier otra sociedad en formato audiovisual.

No hablaré de personas, hablo de los sentimientos que me han dejado el resultado de mi contacto social con ellos. La sensación desagradable de seguir un canon establecido para la aceptación del conjunto. Defiendo el sé tu mismo aunque ello te lleve a la soledad. Me gusta tenerme a mi mismo, aceptarme en mis peores momentos y desconocerme en mis mejores días. Ser raro pero ser yo, al fin y al cabo. Me tengo a mí y no necesito aparentar lo que no soy. Soy consciente de que siendo así estaré solo en esencia. Siento envidia de la habilidad de relacionarse y establecer vínculos, pero sólo cuando son verdaderos. Más acertado sería decir, tener la suerte o el tino de crear el lazo con las personas adecuadas. Las que sabes que no tienen caretas para tí. Que sean como son estando contigo aunque sean más distantes a tí de lo que tú querrías. Quieres hablar más con estas personas pero sientes que si lo haces terminas corroyendo lo que lo hace tan real. Vive y deja vivir. Y siéntete alegre de saber que permaneces en la memoria de alguien auténtico. Eso es un auténtico logro.


Como reflexión final, veo la soledad como algo bello, algo fuerte, algo que si cultivas te ayuda a crecer como persona. Te hace fuerte y bello interiormente pero débil ante una sociedad estúpida llena de prejuicios. Los que cultivamos nuestro mundo interior tememos contagiarnos de la ponzoña superficial, casi no sabes qué decir, cómo reaccionar ante el mundo exterior. Otra de las muchas espadas de doble filo de ser como soy.

domingo, 10 de mayo de 2015

Reseña TLOZ Ocarina of Time 3D



En el anterior post dejé claro que este es mi Zelda preferido, lo he jugado en Nintendo 64, GameCube y Nintendo 3DS. Se trata de un juego tan completo que no importa el tiempo que pase, no me cansa y ha sabido envejecer muy bien.

El argumento parte de una premisa muy sencilla, el mundo fue creado por tres diosas que representan la Trifuerza. Hyrule corre peligro pues un forastero proveniente del desierto Gerudo amenaza con destruirlo, y tú, Link, el protagonista, eres el Elegido de las diosas para salvarlo y salvar a la princesa Zelda.

Habiéndomelo pasado hace poco, me encontraba sorprendido porque 17 años después de su salida, el juego sigue siendo uno de los más completos y cuidados a los que he jugado hasta la fecha. El mundo, Hyrule, se compone de una extensa zona abierta y 11 intrincadas mazmorras. Hay multitud de misiones secundarias opcionales. Completar el juego al 100 % nos lleva entre 30 y 35 horas, si vamos  a pasarnos la historia sin más preámbulos lo podemos hacer en 12-15 horas.



La mecánica del juego es simple, te ponen en situación argumental, vas a la mazmorra, resuélvela y derrota al jefe. Con esto consigues ahondar un poco en el trasfondo del mundo y los personajes que lo pueblan. Ellos te dan lo que necesitas para avanzar en la trama. El mundo es tan grande, que seguramente por explorarlo irás al lado opuesto de donde debes de ir, pero siempre estará Navi, nuestra hada, para darte las pistas necesarias para saber dónde hemos de dirigir nuestros pasos. Si le haces demasiado caso, seguramente te dejes en el tintero quest secundarios y zonas sin explorar, que sinceramente, es una pena pasar por alto. Considero que gran parte del atractivo del juego es saber que estás en un lugar tan grande y lleno de secretos que si te decides a explorarlo todo, no solo disfrutas infinitamente más el juego, sino que te ayuda a crecer como héroe.

Mazmorras



Lo más atrayente del título son sin duda la resolución de sus mazmorras, tanto es así que en Japón se sacó una expansión del juego llamada Master Quest, que años más tarde podríamos disfrutar en tierras occidentales. Cada una de estas mazmorras tiene su propia forma de resolverse, algunas zonas de forma muy ingeniosa, y por lo general, no entrañan mayor dificultad. Nos podemos quedar atascado en algún punto porque una vez resulto no pasa nada que nos dé acceso directo a la siguente zona. Esto hace necesario que los primeros objetos que debemos encontrar sean el mapa y la brújula. En nuestro poder, sabemos que zonas hemos visitado y las que no, los cofres que aún nos quedan por abrir. Dentro de ellas encontraremos el item que nos permitirá acceder a zonas antes vetadas por no poseerlo. Hablo del tirachinas, las bombas, el boomerang, el arco,...Objetos muy necesarios a lo largo de la aventura y del ancho mundo. El ejemplo más sencillo de cómo resolver un puzzle, es en una habitación, con una antorcha encendida y otras dos apagadas, estando bloqueada la puerta. Con el palo deku, prender la antorcha encendida y encender las dos apagadas. Se abrirá la puerta y aparecerá un cofre. Repito, es el más sencillo, pero la mecánica es, observar los elementos del entorno y qué objetos disponemos para que combinados podamos resolverlo.



Cada enemigo que nos encontremos tiene su propia forma de derrotarse. No todo son espadazos, algunos te obligan a cubrirte con el escudo, mantener la distancia, utilizar armas de largo alcance como el tirachinas o el arco, hacer uso de bombas,...no tiene la variedad de enemigos de un JRPG pero algunos pueden complicarte la vida. Pero si de enemigos hablamos, lo que interesa aquí son los jefes o bosses del final de cada mazmorra. Algunos son sencillos y otros mejor que llevemos una o dos botellas con un hada por si las moscas (esto lo que hace que una vez que nos maten, el hada saldrá para resucitarnos rellenando todos los corazones). Sea como sea, enfrentarse a todos ellos, hace que sea una experiencia muy disfrutable, no da sensación de frustración, con lo cual repetiremos el jefe hasta que consigamos averiguar su patrón de ataque y puntos débiles. Mis preferidos son las Hermanas Rova, del Templo del Espíritu, el fantasma de Ganon, del Templo del Bosque o Bongo Bongo, del Templo de las Sombras.

Perdiéndonos por Hyrule


En cuanto a las misiones secundarias, será mejor prepararse para recorrer Hyrule de cabo a rabo si queremos desentrañar todo lo que hay repartido por ella.



Comenzamos con un clásico, los coleccionables: localizar las 100 Skulltulas Doradas. Unas escondidas en las mazmorras y otras por el mundo abierto. No es tan sencillo como ir, matarlas y quedarnos con el símbolo. Hay que cumplir ciertas condiciones, ir como Link niño, o ir por la noche, siendo adulto, teniendo un objeto de largo alcance como el boomerang porque no llegamos...son muchas y algunas estan muy bien escondidas. Nos llevará tiempo hacernos con todas.
El segundo coleccionable son las piezas de corazón, que si juntamos cuatro, llenarán un contenedor de corazón aumentando nuestra vida en una unidad más. Al igual que las Skulltulas, se encuentran diseminadas por todo el mundo y para alcanzar algunas necesitaremos ciertos objetos que sólo podremos obtener pasándonos algún Templo o mazmorra. Tras derrotar a cada jefe nos darán un contenedor completo de corazón.



También tenemos minijuegos en la Plaza del Mercado de hyrule y en Kakariko que al superarlos nos darán como recompensa mejora en la capacidad de los objetos (carcaj de flechas, tirachinas, etc.), rupias o la tan ansiada pieza de corazón.



Siendo Link niño podemos comprar judías mágicas y plantarlas en ciertos lugares del mapa, cuando somos adultos habrán germinado y nos podremos montar en ellas para alcanzar lugares que siendo niño era imposible acceder, con el objetivo de conseguir algún coleccionable.

Como curiosidad, siendo Link niño podemos realizar el encargo del comerciante de máscaras. Consiste en ir vendiendo las máscaras que nos ofrece a ciertos personajes y recuperar nuestra inversión inicial o incluso multiplicar las ganancias. El objetivo de esta misión es conseguir la máscara Sheika que nos permite hablar con las piedras del mismo nombre repartidas por todo Hyrule. Algunos consejos que nos dan nos ayuda a entender cómo resolver algunos templos o nos explica la historia de Hyrule.



Por último, el encargo para hacernos con el arma más poderosa del juego, la Espada Biggoron. Hacemos de recadero de distintos personajes y en alguna de las tareas tenemos que recorrernos el mapeado a contrarreloj para completar la quest a tiempo.

¿Qué tiene de novedoso jugar Ocarina of Time en Nintendo 3DS?


A parte de lo obvio que sería jugarlo con efecto 3D, tiene otras funcionalidades que lo hacen muy apetecible.

Lo más destacable es el uso de la cámara estereoscópica de la consola. Consiste en un sistema de control de la cámara del juego moviendo la consola en varias direcciones. Especialmente útil cuando utilizamos el arco para apuntar a nuestro objetivo. Lo recomiendo encarecidamente en los minijuegos de puntería.

Lo segundo es la pantalla táctil para asignar objetos a los botones, acceder al inventario o al mapa. Puede parecer una chorrada, pero resulta increíblemente útil tenerlo en otra pantalla, ya que no tenemos que pausar el juego cada vez que tengamos que equiparnos con un item nuevo. Siendo realistas, la famosa dificultad del Templo del Agua no viene tanto en lo difícil de los puzzles sino en tener que pausar el juego cada dos por tres para equiparnos las botas de hierro.



Y por último, lo más reseñable de este remaster del juego original de Nintendo 64, es el rediseño gráfico. Lavado de cara para los personajes y escenarios al completo, algo que podía llevarle a alcanzar el calificativo de remake por la labor realizada con el título. Es un punto medio entre remake y remaster, tiene de los dos por eso es imprescindible en una Nintendo 3DS, más aún si no jugaste en su momento, aunque también imprescindible si lo hiciste, los cambios realizados son más que suficientes para volverlo a tener en tu colección.

*No he  jugado a Master Quest en la version de 3Ds, en su momento lo probé un par de horas en GameCube y me quedé atascado en la Cueva Dodongo, sobran las palabras para indicar la dificultad del juego. Es una cuenta que tengo pendiente y quiero saldarla.


miércoles, 29 de abril de 2015

La saga The Legend of Zelda y yo

The Legend of Zelda, esa franquicia de Nintendo que los que han jugado a ciertos títulos (A Link to the Past, Ocarina of Time, Majora´s Mask...), el anuncio de un nuevo juego de la saga hace que le presten atención al instante. Incluso puede motivar la compra de la compra de la consola para la que salga el juego.



Mi historia con Zelda no es precisamente longeva, ya que la primera vez que compré un Zelda fue siendo poseedor de una Nintendo 64. Efectivamente, mi primer juego de la saga fue Ocarina of Time. Esto automáticamente me descarta como purista de la franquicia. Haciendo memoria, recuerdo ver a mi tío jugar a A Link to the Past. Por aquel entonces, mi criterio para discernir un juego bueno o malo era más bien pobre, pero se me quedó grabado a fuego en mi mente lo colorista que era.

Yo, al igual que tantos otros, considero a Ocarina of Time como el mejor juego de todos los tiempos. Esto es completamente subjetivo por varios factores, el más importante es que no he jugado tantos juegos como para ser juez a nivel global, no he jugado a tantas obras de culto que me avergonzaría afirmar algo así gratuitamente. Sin ir más lejos, su gran competidor en la época, Final Fantasy VII, era exclusivo de PSX, plataforma que yo no tenía. Si avanzamos en el tiempo, concretamente a marzo del año 2000 salió a la venta Majora's Mask, juego que subestimé demasiado por el corto tiempo de desarrollo (poco más de un año), me zambullí en la generación de los 128 bits con una Dreamcast.



Años más tarde (no recuerdo con exactitud cuál), paseando por mi centro comercial habitual, me encuentro la GameCube completamente nueva por solo 40 €, lo que me llevó a toparme con el elfo rubio de verdes vestiduras. Lo que me animó a comprarme la consola cúbica no fue principalmente el precio, sino el juego que venía con ella: The Legend of Zelda Collector's Edition. Recopilatorio con los dos juegos de NES, Ocarina y Majora's de N64, además de la demo del polémico Wind Waker. Otro de mis venturosos tropiezo me hizo encontrar en la estantería de un GAME con el pack Wind Waker con Ocarina of Time/Master Quest (juego inédito en occidente hasta entonces).

En ese momento Zelda era mi saga de videojuegos preferida hasta que cierto personaje con bandana atada a la frente hizo mella en mí. Sea como sea, adoraba Zelda y fui tremendamente feliz cuando tras días de retraso en la salida de Twilight Princess en GAME, entré en la Fnac de Parquesur y allí había un buen puñado de copias. Con un niño con un juguete nuevo lo sostuve en mis manos hasta llegar a casa y desprecintarlo, leer esas instrucciones a color (cuanto ha degenerado el sector en este aspecto) y ponerlo en mi negrita (mi GameCube es negra). Consideranciones a parte, fue el último Zelda para consola de sobremesa que he jugado ya que no tuve Wii y no pude catar Skyward Sword.

De juegos aparecidos en portátiles, fue poseedor de Game Boy Advance pero no me compré el Zelda de marras, sí que lo hice sin embargo en Nintendo DS con Phantom Hourglass, que me encantó el manejo con el lápiz en la pantalla táctil. Ahora poseedor de una New Nintendo 3DS, como ya dije un post anterior, me la compré con Majora's Mask 3D y lo cierto es que le tengo echadas 32 horas pero pedí online Ocarina of Time 3D ya que se encontraba descatalogado en casi todos lados (maldita Nintendo ¬¬). Fue llegarme el segundo a casa y ponerlo para probarlo y dejar Majora's aparcado hasta terminármelo. En cuanto termine Majora's el próximo Zelda en caer será A Link Between Worlds. 



Desde hace unas semanas viene sacudiendo fuerte el rumor de que podría ser inminente Twilight Princess (el juego de GameCube porteado a Wii, y sí, digo porteado porque es lo que es) para Nintendo 3DS, y siendo sincero es uno de los anuncios que espero para el E3 por parte de Nintendo. Vamos que deje de ser un rumor a ser una realidad.

¿Me compraría Wii U por el Zelda? pues muy probablemente, pero en honor a la verdad, no soy de los que se compran una consola por un juego (sino hubiese caído Wii por Skyward Sword o Super Mario Galaxy). Me compraría Wii U por varios juegos que me tientan, como Super Mario 3D World, Bayonetta 2, Mario Kart 8...

Termino el post con mi top 3 de la saga Zelda:


  1. Ocarina of Time
  2. Majora's Mask
  3. Wind Waker
En definitiva, soy fan de la saga, no he jugado todos pero los que han caído en mis manos los he disfrutado enormemente.

lunes, 27 de abril de 2015

Tormentas nocturnas

Siempre me he considerado una persona depresiva, muy reflexiva hacia la concepción más pesimista de las cosas, sobre todo a altas horas de la noche. La eterna lucha contra la realidad blandiendo como única arma mi almohada. Como es evidente salgo perdiendo. Los síntomas de que pierdes la contienda es cuando pasas la mayor parte del tiempo ardiendo en tu propio infierno, tu pulso se acelera y tu pecho no da tregua. Piensas en todo haciendo un concienzudo repaso por tus logros en la vida y cuando te comparas con gente de tu entorno, digamos que no acabas reconfortado, más bien preocupado. Acabas por infravalorarte más de lo sanamente necesario. Concluyes en esa contienda nocturna que será mejor dormir, buscando borrar ese sentimiento pegajoso e incómodo. En definitiva huyes de ti mismo. Te das lástima.

La depresión es tan horrible porque te hace emocionalmente inestable y frágil, necesitas amigos en quien confiar pero al mismo tiempo te hace insociable y te encuentras en que no puedes hablar con nadie porque te sientes como una carga para los demás y esa culpa hace que las cosas sean peores de lo que eran.

Cuándo me perturba un pensamiento se me ensombrece el rostro y se apaga mi mirada. Ya me ha pasado esto estando con conocidos a mi alrededor. Estos optan por correr un tupido velo. Al ver esa parte de mí acaban por alejarse, temerosos, quizás, de que apague su vela de felicidad. No les culpo, es más, a veces les envidio por ponerle una sonrisa a la vida. Pero si pienso detenidamente, mi lado oscuro, gótico incluso, sale a relucir pensando en lo simple de miras que son. Esa gente no se cuestiona a sí misma y eso me parece ir por la vida con un concepto espejo de sí mismos, ven lo que quieren proyectar delante de la gente y se aferran a esa imagen. Pese a todo sigo pensando que tiene que haber un ying para todo yang. Un blanco para todo negro. Creo que debería haber un equilibrio, el término medio de todas las cosas de Aristóteles. En definitiva, es beneficioso tener a alguien alegre a tu lado, para que haya algo de luz que ilumine tanta oscuridad como hay en mí.

Lo más desconcertante de todo es que he llegado a creer que me atrae sentirme víctima de mí y mis circunstancias. Hay una incomprensible atracción por la melancolía y la tristeza. Me siento en mi salsa y es recurrente caer en los brazos del pesimismo.

Soy un adicto a la tristeza que subestima la alegría. Definirme como un amante de lo oscuro, de lo amargo. Cuando todo te va bien piensas que esa "felicidad" es efímera porque aún dichoso sigues siendo preso del desaliento de esas noches más negras.

Reincidente en mis depresiones.

martes, 7 de abril de 2015

A qué estoy jugando y qué es lo próximo que jugaré

El pasado 12 de Febrero me pillé la New Nintendo 3DS junto al Majora's Mask 3D. Lo cierto es que dicha portátil ya me ha ofrecido más de medio centenar de horas y me lo estoy pasando bastante bien con ella, con lo que puedo decirme a mi mismo que he hecho una buena compra. Poquito a poco voy ampliando el catálogo de juegos.

Tengo mucho juego pendiente que pasarme por lo que he decidido llevar al día un listado de a lo que juego actualmente y una vez finiquitado, hincarle el diente a otros tantos que tengo pendientes esperándome en una columna que difícilmente mantiene el equilibrio.

A qué estoy jugando:

– The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D
– The Legend of Zelda: Majora's Mask 3D
– Final Fantasy X HD Remaster


Juegos pendientes por pasarme:


En realidad tengo muchos más pero esta es una lista hecha con el propósito de pasarme en este 2015.

Me conozco, soy completista y ciertos juegos de rol me quitarán mucho tiempo (más del conveniente para pasarme el resto). Por ejemplo, tengo intención de pasarme Final Fantasy X HD Remaster más allá de la trama, es decir, completar el tablero de esferas con todos los personajes, derrotar a todos los eones oscuros, conseguir todas las creaciones del patio de entrenamiento y por ende acabar con las máximas creaciones incluyendo a Penance y Súmmum, por descontado también a Ente Artema y Omega. Lo mismo me pasará con Ni no Kuni, Xenoblade, y todo RPG que me cruce en mi camino...Lost Odyssey es buena muestra de ello, hace tiempo que podía habérmelo pasado pero llevo más de 100 horas y estoy subiendo de nivel y consiguiendo todo amuleto que implique una habilidad nueva para mis inmortales. Sí, esto lo hago por los logros/trofeos. Una gilipollez para algunos pero pará mí se trata de algo personal, un galón al trabajo duro desmenuzando todo lo que te puede ofrecer un juego.

Vamos, que espero ir tachando títulos de mi lista de objetivos.

martes, 20 de enero de 2015

Pequeña reflexión como gamer

Sé que para muchos lo que voy a exponer aquí no es tan importante, ni siquiera se lo han cuestionado alguna vez. Pues bien, yo como gamer, o como se decía antes, viciado, sí que le doy la importancia que para mí y para tantos otros tiene. 

Aquí dejo un reclamo a las desarrolladoras, señoras, yo quiero saber cuántas horas llevo jugadas en un juego. A día de hoy, no soy capaz de comprender la decisión de omitir este dato. Al igual que los logros, que se crearon, en parte, con un fin de mostrar ciertos progresos en un juego para que todos lo viesen, con las horas que le hemos dedicado a un juego también pasa. Es importante. Es como un galón personal, emocional para con el juego. Algo de lo que estas orgulloso. "Le he dedicado 300 horas a completar el 100 % de Final Fantasy X", eso no se te borra de la memoria porque son impagables y que quede registrado ayuda. Y sí, lo recalco con el ejemplo, en PS2 ya se hacía, en GameCube recuerdo saber las horas que llevaba jugando a Twilight Princess o a Resident Evil 4 por poner un ejemplo.


No entiendo que en la generación pasada y en la actual, nos oculten esto, y no en cualquier género, no, en el rol más puro como es The Witcher 2. Para mí es inconcebible, que siendo un género, por defecto, de tirarse horas a los mandos no haya esta información. Ahí va otro: Diablo III Ultimate Evil Edition en su versión de consolas. En PC podías ver cuanto tiempo le has dedicado a cada personaje creado pero por alguna extraña razón en consolas no. 

Algo sumamente tan sencillo como añadir un contador cada vez que inicias el juego, pues no, no les parece un aspecto a considerar. No entiendo que todavía se ande a vueltas con esto. Debería ser obligatorio, aunque lo juegues 15 minutos y lo dejes en la estantería, cuando lo vuelvas a poner y veas esa estadística, recordarás porque abandonaste el juego.

Otro de mis locos pero a mi parecer sensatos y personales desvaríos que no sirven para nada pero necesito plasmar. 


jueves, 8 de enero de 2015

Año nuevo, hago zas y vuelvo a aparecer

Después de más de un año desaparecido por estos lares, vuelvo con renovado interés. Estos meses han sido estresantes como pocos, trabajo, proyecto, prácticas y poco ocio. Intentaré recuperar la actividad "bloggera" en la medida que mis deberes cotidianos y mis ganas me lo permitan.

Cine, videojuegos, actualidad y algo de mis reflexiones cotidianas que tanto me hacen cuestionarme las cosas...esos serán los temas más recurrentes que aparecerán por aquí. Recuerdo haber hecho alguna reseña de tomos sueltos de manga pero tal y como está mi espíritu otaku y la capacidad de mi cuarto, poco tocaré ese tema porque no tengo una colección tan extensa como me gustaría ni realmente interés por los nuevos mangas que se licencian. Digamos que me centro en terminar series y poco más. En cuanto al anime, antes veía mucho más del que veo ahora, con suerte 4 o 5 series por temporada y eso no es mucho. Si tocamos el tema series... Juego de Tronos, The Walking Dead, Vikings y alguna que otra más...Definitivamente, mi estado de frikismo es débil. Por falta de tiempo y cuando lo tengo, me pongo a hacer otras cosas, llámese Youtube y canales de videojuegos o reviews.

Primera entrada  de 2015, en la que me doy la bienvenida yo mismo a contar mis milongas en la red. Una forma de diario que registra mis estados mentales en cierto lugar y tiempo.

PD. Feliz 2015