viernes, 10 de julio de 2015

Correspondencia perdida.

Siempre he pensado que el principio alquímico de "intercambio equivalente", para obtener algo debes entregar algo del mismo valor. Lo mismo me ocurre con las relaciones humanas.
 
Con todo lo introvertido que me considero, y seguramente sea así, no puedo presumir de tener muchas amistades. Soy de los que piensa, pocas pero buenas, las mejores. Al ser pocas procuro cuidarlas todo lo mejor que me es posible, o más bien, todo lo que me dejen. Velo a los que quiero sin que apenas lo noten, vaya a ser que como suele pasar malinterpreten la preocupación con otras cosas que no vienen al caso, y más siendo de género sexual opuesto."Un hola ¿qué tal?" te he leído ¿te pasa algo?" otras fórmulas. Hace tiempo que no hablo con la gente por hablar. No le veo ningún objetivo provechoso aunque ello no quiera decir que no me guste o me haga algo de ilusión hacerlo.
 
Es algo que es una labor muy desagradecida la que desempeño, la de preocuparme por los amigos, digo. No se si sea por mi abnegación natural por los que me son cercanos pero es molesto que no se te corresponda. No pido que sea equivalente a la mía, la mitad me bastaba. Mi gran defecto es que esto me molesta pero no lo digo por temor a que gente que valoro me de la espalda porque les pides que te correspondan de alguna manera y al fin y al cabo ¿quién eres tú para pedirles nada? ¿un amigo quizás? eso está sobrevalorado, hoy se le llama amigo a cualquier persona con la que se compartan gustos en común y haya una relación cordial. Siempre está ahí al miedo a quedarte solo por tu egoísmo por querer que estas personas te demuestren porque te consideran un amigo.
 
Me pregunto si soy exigente, pero tener a alguien como yo tiene un precio, si doy algo de mí, llámame raro pero me gusta que se valore de alguna forma. Me sale altruistamente pero no sé, me gusta verme compensado de vez en cuando. Soy un gruñón, me enfado sólo con la gente y muchas veces quiero tirar la toalla, haciendo valer mi condición de lobo solitario en la vida. Me canso de amargarme por la forma de actuar de personas que igual no soy ni la mitad de importante para ellos.
 
Reivindicación del que siempre está ahí y pocos lo ven.