miércoles, 24 de enero de 2018

Tiene ese no sé qué que qué sé yo

Me he sorprendido a mí mismo repitiendo uno de mis más inconfesables e incomprensibles hábitos a ojos de muchos. Enero de 2018 y una pila de casi una treintena de juegos por pasarme y yo sigo en lo de siempre, metiéndole horas al Assassin's Creed
Mi idea era: "bah, tengo el juego que en cinco horas  me paso la historia y paso al siguiente". Iluso de mí. Esta saga ejerce cierta influencia en mí y me consume el tiempo sin darme ni siquiera cuenta. Hace un par de meses me pasé AC Origins. Cometí el error de mirar el listado de trofeos. Veinticinco horas después, platino. Como si fuese tan fácil, tan pasajero...y lo peor de todo, apenas lo noté. Una vez conseguido y pasado el siguiente de la lista, pensé: "ya no estoy para estos trotes, no me apetece más pegarle más de 50 horas a otro juego de mundo abierto". Me quedaba finiquitar Assassin´s Creed Revelations para completar The Ezio Collection. A la vez estoy completando Gravity Rush Remastered. Completo el primero, y reincidí en eso de los trofeos, lo vi asequible y casi diez horas después aquí sigo, con el amigo Ezio.

Siempre me he preguntado: "¿qué tendrá esta saga que me gusta tanto y no me importa estar perdido en su mundo?" Me lo pregunto pero sé de sobra la respuesta. Es eso mismo, el mundo. Una recreación histórica como ninguna otra en cualquier otro videojuego y mecánicas simples y resultonas. No hay más misterio.

Soy un jugador raro, completista. Digo raro porque la mayoría de gente no se molesta en tiempo necesario para pasárselo si quiera. Esto se ve en el porcentaje de gente que consigue los logros/trofeos de historia. Empieza con un 90% y el capítulo final, suerte si llega al 40%. Si hablamos del platino la cosa ya se va al 2-3%. Yo en otros no sé, pero los Assassin's Creed me los fumo enteritos. 
El título de la saga que más me ha enganchado ha sido Origins, unas setenta horas. Reconozco que me he agobiado más de una vez al abrir el mapa. Me ha podido el desánimo y llegué a aparcarlo durante una semana. La cosa es que siempre vuelvo, y con fuerzas renovadas.

Esta es una saga que amo y temo a partes iguales porque ya nos conocemos. Somos como dos amantes que saben que juntos va a ser todo inolvidable y gozan cada minuto juntos, pero al cabo de un mes, necesitan su espacio. Cada uno a su rollo y hasta la próxima. Sabiendo con total certeza que va a haber próxima.

Tiene ese no sé qué que qué sé yo.

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